jueves, 9 de junio de 2016

EL MINOTAURO DE CRETA

El Minotauro

El Minotauro era un monstruo con cuerpo de hombre y cabeza de toro que había nacido de la unión de la reina cretense Pasifae y el fabuloso toro blanco que Poseidón había entregado a su marido el rey Minos. Pese a la orden de sacrificarlo en su honor, Minos desobedeció al dios y lo mantuvo en su corte con desastrosas consecuencias. Minos se avergonzó tanto de la existencia de esta criatura, cuyo nombre significaba «toro de Minos», que lo encerró en un complejo llamado Laberinto construido por Dédalo. Allí, la criatura tenía siete jóvenes y siete doncellas atenienses para devorar cada nueve años. Teseo, con la ayuda de la hija de Minos, Ariadna, acabó con esta práctica cuando buscó a la bestia en el Laberinto y acabó con ella, encontrando luego la salida gracias al hilo que su amante le había dado al entrar en el complejo.
La historia del Minotauro y su concepción parece estar unida al culto del toro en la sociedad cretense entre los años 2000 y 1450 a.C. En las excavaciones que se han realizado en el palacio de Knossos hay muchas imágenes de hombres y mujeres danzando y haciendo acrobacias sobre los lomos del animal. Quizá existiera también un rito en el que habría que luchar contra un toro (verAriadna, DédaloEuropaMinosPasifae y Teseo).
FUENTE: http://mitosyleyendascr.com/mitologia-griega/minotauro/

AFRODITA VENUS GRIEGA Y ROMANA

La diosa Afrodita (Venus romanos)

Afrodita es la diosa del amor y la belleza, y se identifica en Roma con la antigua divinidad itálica Venus. Según una tradición es hija de Urano y según otra de Zeus y Dione.
En el caso de la primera historia, el nacimiento ocurre en el momento que Cronos (dios del tiempo) corta los genitales de su padre Urano y los lanza al mar, de donde surge Afrodita. De ahí que se le conozca como “la diosa nacida de las olas” o “nacida del semen de dios”.
Una vez que salió del mar, Afrodita fue llevada por los vientos Céfiros, primero a Citera y luego a Chipre, donde las Horas la vistieron y la guiaron a la morada de los Inmortales.
Posteriormente, Platón imaginó que había una Afrodita Urania, la diosa del amor puro e hija de Urano; y Afrodita Pandemo, hija de Dione y diosa del amor vulgar. Sin embargo esta es una concepción filósofica tardía.
Afrodita es partícipe de un sinnúmero de leyendas. Primero, se casó con Efesto (el divino cojo y dios del Fuego), pero estaba enamorada de Ares (dios de la Guerra).
Cuenta Homero (escritor de La Odisea y La Iliada) que mientras los enamorados se entregaban a la pasión en una madrugada, en el lecho de Afrodita, Efesto celoso les había puesto una trampa, pues el Sol le había contado que su amada le estaba siendo infiel.
Cuando los amantes se dieron cuenta ya estaban atrapados en una red mágica que tenía el esposo de la bella diosa, y éste fue a llamar a todos los dioses para que fueran testigos del engaño. Todos se burlaron del asunto, pero Poseidón (dios del Mar) pidió clemencia y por eso Afrodita y Ares fueron liberados.
La diosa avergonzada huyó a Chipre, mientras que Ares se fue a Tracia. Sin embargo, sus amores tuvieron fruto y de tal unión nacieron Eros (dios del amor) y Anteros, Deimo y Fobos (el Terror y el Temor) y Harmonía. A veces también se agrega a Príapo.
Además de Ares, Afrodita estuvo involucrada amorosomente con Adonis y Anquises con quien tuvo a Eneas (héroe troyano y personaje de La Eneida de Virgilio) y a Lirno.
Pero, la diosa fue especialmente conocida por sus maldiciones e iras, pues cuando alguien caía en la desgracia de ofender a la diosa, se condenaba a tormentos terribles. Por ejemplo, castigó a la Aurora con un amor irrefrenable por Orión, ya que había cedido a las seducciones de Ares. También castigó a todas las mujeres de Lemnos, ya que éstas no la honraban, y las impregnó con un olor insoportable que provocó que sus hombres las abandonaran. De igual manera castigó a las hijas de Cíniras y las obligó a prostituirse con extranjeros.
Por otra parte, caer en su gracia era igual o más peligroso. Cuando la Discordia lanzó una manzana a la más hermosa de las diosas, e hizo que compitieran Afrodita, Palas Atenea y Hera, y Zeus decidió que fuera Alejandro (Paris, héroe troyano) el que definiera quién era la más hermosa, cada una le ofreció un regalo a cambio de que la escogiera. Palas Atenea le ofreció hacerlo invencible en la guerra, Hera le prometió el reino del universo, y Afrodita la mano de Helena (hija de Zeus y hermana de los Dioscuros), quien era la mujer más hermosa del mundo. Paris eligió a Afrodita y fue por esta promesa que se inició la famosa Guerra de Troya.
Afrodita agradecida con Paris, lo protegió durante toda la campaña así como a los demás aqueos, incluyendo a su hijo Eneas, a quien logró salvar de la muerte.
Aunque Troya iba a perder la guerra definitivamente, Afrodita logró rescatar la raza de los aqueos con su hijo Eneas, quien luego viajara a una tierra desconocida donde sus descendientes Rómulo y Remo fundarían Roma.
Así es como para lo romanos Afrodita, Venus para ellos, fuera su protectora particular y por eso César le levantó un templo bajo la invocación de Venus Madre.
Los animales favoritos de esta diosa eran las palomas, y estas aves arrastraban su carro. Sus plantas eran la rosa y el mirto.

FUENTE : http://mitosyleyendascr.com/mitologia-griega/grecia33/

EROS CUPIDO ROMANO Y GRIEGO

El Mito de Eros (Cupido o Amor romanos)

Eros es el dios del amor. En un principio se consideraba nacido a la par de Gea y del Caos. También se piensa que nació del Huevo Original engendrado por la Noche, cuyas dos mitades al romperse formaron el cielo y la tierra respectivamente.
Otras versiones que insistían en verlo como un dios menor, y que le quitaban el simbolismo de cohesión interna del cosmos, apuntaban que Eros era un genio intermediario entre los hombres y los dioses, y que había nacido de Poros (el Recurso) y Penía (la Pobreza). Se caracteriza por ser una fuerza inquieta e insatisfecha.
La tradición más aceptada y difundida establecía que era hijo de Afrodita (diosa del amor) y de Hermes (mensajero de los dioses). Gracias a los poetas clásicas Eros adqurió su fisonomía más conocida que es la de un niño alado, que se divierte llevando el desasosiego a los corazones.
Sin embargo, se ha descubierto que hay diversas genealogías para este dios. A veces se le tiene por hijo de Hermes y Artemisa, o bien de distintas Afroditas. Así habría un Amor, hijo de Hermes y Afrodita Urania, Anteros -amor contrario o recíproco- hijo de Ares (dios de la Guerra) y Afrodita (hija de Zeus y Dione). Otro sería hijo de Hermes y Artemisa (hija de Zeus y Perséfone) y es este el que se identifica más con el tradicional niño alado.
Puede ser según ciertas representaciones que los inflame con la llama del amor, o que los hiera con las flechas. Pero por más ingenua que sea su apariencia, se adivina en el fondo al dios poderoso y grande. Su madre le tiene muchas consideraciones y cierto temor.
Una de las historias más conocidas y además muy romántica donde interviene Eros, es en la que se enamora de la mortal Psique, y de cómo pierde a su amada y luego la recupera, casándose con ella.
En ocasiones, se le llama Amor o Amores, y su versión latina es conocida como Cupido.}

FUENTE : http://mitosyleyendascr.com/mitologia-griega/grecia31/

ORFEO LEYENDA MITOLOGUIA GRIEGA

a leyenda de Orfeo y Eurídice

Cuentan que cuando Orfeo tocaba no sólo los hombres, animales y dioses se quedaban embelesados escuchándole, sino que incluso la Madre Naturaleza  detenía su fluir para disfrutar de sus notas, y que así, los ríos, plantas y hasta las rocas escuchaban a Orfeo y sentían la música en su interior, animando su esencia.
Más de una vez este mágico don le ayudó en sus viajes, como cuando acompañó a los Argonautas y su canto pudo liberarles de las Sirenas, o pudo dormir al dragón guardián del vellocino de oro. Pero eso es otra historia y debe ser contada en otra ocasión...

Además de músico y poeta, Orfeo fue un viajero ansioso por conocer, por aprender... estuvo en Egipto y aprendió de sus sacerdotes los cultos a Isis y Osiris, y se empapó de distintas creencias y tradiciones. Fue un sabio de su tiempo.
Con tantas cualidades, no era de extrañar que las mujeres le admiraran y que tuviera no pocas pretendientes. Eran muchas las que soñaban con yacer junto a él y ser despertadas con una dulce melodía de su lira al amanecer. Muchas que querían compartir su sabiduría, su curiosidad, su vitalidad.
Pero sólo una de ellas llamó la atención de nuestro héroe, y no fue otra que Eurídice, quien seguramente no era tan atrevida como otras y puede que tampoco tan hermosa... pero el amor es así, caprichoso e inesperado, y desde que la vio, la imagen de su tierna sonrisa, de su mirada brillante y transparente, se repetían en la mente de Orfeo, que no dudó en casarse con ella. Zeus, reconociendo el valor que había demostrado en muchas de sus aventuras, le otorgó la mano de su ninfa, y vivieron juntos muy felices, disfrutando de un amor que se dice que fue único, tierno y apasionado como ninguno.

Orfeo va al mismo infierno a buscar a Eurídice.
Pero no hay felicidad eterna, pues si la hubiera, acabaríamos olvidando la tristeza, y la  felicidad perdería su sentido... y también en esta ocasión sobrevino la tragedia.
Quiso el destino que el pastor Aristeo quedara también prendado de Eurídice, y que un día en que ésta paseaba por sus campos, el pastor olvidara todo respeto atacándola para hacerla suya. Nuestra ninfa corrió para escaparse, con tan mala fortuna que en la carrera una serpiente venenosa mordió su pie, inoculándole el veneno y haciendo que cayera muerta sobre la hierba.
No hubo lágrimas suficientes para consolar el dolor de Orfeo, y una noche de las muchas que pasó en vela llorando a su amada, decidió que si hacía falta, descendería él mismo a los infiernos de Hades para reclamar a Eurídice.
Fue un viaje duro, tuvo que enfrentarse al guardián de las puertas de los Infiernos, Kancerbero, quien a punto estuvo de atacar pero que finalmente respondió a la música de Orfeo como otros tantos animales habían hecho anteriormente. Así fue como nuestro músico se internó en el submundo, sin cesar de tocar y de cantar su tristeza.

Cuentan que el mismo Hades se detuvo a escucharle, que las torturas se interrumpieron, que todos encontraron un momento de paz en la visita de Orfeo.

Orfeo intentando retener a Eurídice que se esfuma.
Sísifo, condenado a subir una piedra hasta la cumbre de la montaña una y otra vez, detuvo su marcha; los buitres que torturaban a Prometeo desgarrando sus entrañas se posaron en el suelo y Tántalo, quien jamás podría saciar su hambre o su sed, rompió a llorar olvidando sus necesidades.
Y los Señores del Infierno, Hades y Perséfone, quedaron conmovidos por la belleza del canto de Orfeo.
Así, decidieron devolver a la vida terrenal a Eurídice, con la condición de que ésta caminase detrás de Orfeo en el viaje de vuelta al mundo de los vivos, y que éste no mirase atrás ni una sola vez hasta que no estuvieran en la superficie. Y ambos emprendieron la marcha.
El viaje fue difícil, lleno de penurias. Si la bajada al Hades había costado, el ascenso fue aún peor. Eurídice seguía herida y débil, y las sombras se cernían sobre ellos amenazadoras, el frío se colaba en sus huesos, los tropiezos eran cada vez más frecuentes. A punto ya de llegar a la salida, cuando los primeros rayos de luz traspasaron las sombras, Eurídice dejó escapar un suspiro aliviada, y Orfeo olvidó la orden de Hades y miró hacia atrás  por un instante.
Entonces su amada empezó a desvanecerse, pues la condición impuesta había sido violada, y aunque Orfeo se lanzó sobre ella en un abrazo que la retuviera, no fue más que aire lo que estrechó entre sus brazos.
Orfeo intentó entonces descender de nuevo al Hades, pero Caronte, el barquero de la laguna Estigia, le negó la entrada, y ambos apenas pudieron despedirse con una mirada a través de las aguas. Y aunque esperó Orfeo siete días con sus siete noches en el margen del lago, acabó viendo que era demasiado tarde para enmendar su error, y marchó a vagabundear por los desiertos, sin apenas probar bocado, acompañado sólo por su lira y su música. 

EDIPO LEYENDA MITOLOGIA GRIEGA

La leyenda de Edipo

En la leyenda Edipo es el hijo de los reyes de Tebas quienes ordenan su muerte nada más nacer para evitar el maleficio de un viejo oráculo que aseguraba que el hijo nacido de estos reyes mataría a su propio padre y se casaría con su madre.
Sin embargo, el criado encargado de ejecutarlo se apena de la criatura y se lo entrega a un pastor que casualmente andaba por la región. Éste de regreso a su patria en Corinto entrega el hermoso niño a los reyes del país para que lo adopten.
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Edipo frente a la Esfinge.
Cuando Edipo crece, un día se entera del extraño oráculo y aterrorizado decide escapar lejos de los que cree sus padres. En su huida, se topa en una encrucijada con un coche de caballos que está a punto de atropellarle. Estalla una disputa y Edipo mata al señor de carro, un noble cuyo nombre ignoraba. Era Layo, rey de Tebas.
Edipo prosigue entonces su camino, dirigiéndose precisamente a esta ciudad, pero le sale al encuentro un terrible monstruo, mitad mujer, mitad león alado, conocido con el nombre de Esfinge, que asolaba la región, destruyendo a todos aquellos que no sabían contestar certeramente a una pregunta que les hacía.
Las adivinanzas de la Esfinge eran dos:”¿Quién es el ser que al amanecer camina a cuatro patas, a mediodía sobre dos y al anochecer sobre tres?”.
Edipo da la respuesta correcta: “El hombre, que en su infancia gatea, en su juventud camina erguido y en su senectud se apoya en un bastón”.
La Esfinge plantea la segunda: “¿Cuáles son las hermanas que se engendran mutuamente?”.
Edipo vuelve a acertar: “El día y la noche” (estas dos palabras son femeninas en griego).
Una vez resuelto el enigma, el monstruo se suicida, y Edipo entra en la ciudad liberada de su maldición. Allí la reina Yocasta, viuda del rey Layo, recientemente desaparecido, decide casarse con el salvador de la ciudad. De él tendrá una prole nefanda: dos hijas, Antígona e Ismene, y dos hijos, Eteocles y Polinices.
Así se había cumplido la profecía. Y Edipo acaba matando a su propio padre, se casa con su madre y tiene de ella cuatro hijos que a la vez son sus hermanos.
La maldición de esta familia continuó con el fin aciago de los hijos de Edipo.

LEYENDA DE PÉGASO MITOLOGIA GIEGRA

La Leyenda de Pegaso

Pegaso es un caballo alado. Su nombre proviene de una palabra griega que significabamanantial, pues se decía que había nacido en las fuentes del Océano.
Hay varias versiones de su nacimiento. Por un lado se decía que había nacido del cuello de la Gorgona, cuando Perseo la mató en el mar. En esta perspectiva, resulta que su padre es Poseidón, y Crisaor su hermano gemelo.
Otra versión sostiene que nació en la Tierra, fecundado por la sangre derramada de la Gorgona, cuando Perseo la mató.
Una vez que nació, Pegaso fue al Olimpo, donde se puso a las órdenes de Zeus, al llevarle el rayo.
El papel de Pegaso más importante es en la leyenda de Belerofonte, sobre la que hay diversos argumentos.
Por un lado, se decía que Pegaso había sido regalado a Belerofonte por la diosa Atenea (diosa de la sabiduría), pero según otras historias fue Poseidón el que dio el caballo a Belerofonte.
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Belerofonte montando a Pegaso.
También se contaba que el héroe lo había encontrado cuando bebía en la fuente de Pirene.
Fue gracias a Pegaso que Belerofonte pudo matar a la Quimera y lograr por sí solo la victoria sobre las Amazonas.
Cuando Belerofonte muere, Pegaso volvió a la morada de los dioses.
Tiempo después, se dio el concurso de canto que enfrentó a las Musas con las hijas de Píero. El Monte Helicón estaba muy complacido por la belleza de las voces, por lo que empezó a crecer amenazando con llegar al cielo.
Al ver el peligro, Poseidón le ordenó a Pegaso que fuera y golpeara a la montaña con uno de sus cascos para logrtar que volviera a su tamaño normal, a lo que la montaña obedeció dócilmente.
Pero, en el lugar donde Pegaso la había golpeado brotó la Fuente Hipocrene, o Fuente del Caballo.
Por último, Zeus lo convirtió en Constelación, para que fuera eterno. Cuando esto sucedió, un pluma de sus alas cayó cerca de Tarso, y así la ciudad adoptó su nombre.

ULISES Y LAS SIRENAS LEYENDA GRIEGA

Ulises y las sirenas

Probablemente el relato más conocido de las sirenas sea el de La Odisea de Homero.
Después de pasar una larga temporada en el palacio de Circe, Ulises emprende definitivamente el camino a Ítaca.
La diosa, antes de dejarle partir, le adelanta algunas de las aventuras que va a vivir en los días siguientes. La primera de ellas será el encuentro con las sirenas.
Las sirenas han sido famosas seductoras, porque según la mitología eran capaces de encantar con su voz a los marinos con la intención de raptarlos.
Al cantar, parecían ser hermosas doncellas, pero los que sucumbían ante sus encantos, pronto averiguaban su verdadera naturaleza. El canto de las sirenas anunciaba de forma engañosa los placeres del mundo subterráneo.
Las sirenas vivían en la isla de Artemisa, en donde yacían los huesos de los marineros que habían sido atraídos por sus deliciosos cantos.
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Ulises quiso escuchar el canto de las sirenas.
Odiseo (Ulises), hombre de gran imaginación, cuando se iban acercando a la isla temida, por consejo de Circe, ordenó a sus hombres que se taparan los oídos con cera, y él, que no podía con la curiosidad de escucharlas, se hizo amarrar al mástil, con orden de que pasara lo que pasara, no lo desataran.
Al escuchar los cantos de las sirenas quiso soltarse pero sus compañeros no se lo permitieron. Cuenta la leyenda que las sirenas, devastadas por su fracaso, se lanzaron al mar y murieron ahogadas


Fuente Internet::
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¿Un hijo de Poseidón?


DIOS HERMES MITO

Hermes (Mercurio romanos)

Hermes era hijo de Zeus y de la ninfa Maia, hija de Atlas, uno de los 12 dioses del Olimpo. Tenía múltiples funciones, pues era mensajero de su padre, guía de las almas de los muertos en el Averno, símbolo de la prosperidad entre los humanos y protector de los viajeros, los mercaderes y los ladrones. Era ingenioso, diestro y astuto, como un joven sin problemas a la hora de gastar bromas o mentir sin que le descubriesen. Su aspecto era el de un joven atractivo con un sobrero alado y unas sandalias también aladas que le daban una extraordinaria movilidad. En su mano llevaba una vara que le servía para hacer magia o para hipnotizar a la gente.
Hermes llegó al mundo en Arcadia, donde Zeus visitó a su madre en la cueva del monte Cilene. Inmediatamente después de su nacimiento, el joven precoz inventó un instrumento musical, la lira, tensando cuerdas sobre el caparazón de una tortuga. Esa misma noche, en Macedonia, robó 15 de las vacas de Apolo y las llevó al Peloponeso borrando sus huellas. Sacrificó dos de ellas a los dioses y luego regresó a la cueva a descansar en su cuna.
Apolo le buscó y le encontró gracias a Bato, el pastor locuaz que traicionó a Hermes y fue convertido en basalto por los dioses. El pequeño Hermes afirmó no haber robado nada, pero después de acudir a Zeus se llegó al acuerdo de hacer un intercambio. Hermes se podría quedar con el ganado si le regalaba la lira a Apolo. En adelante los dioses serían amigos y Hermes hizo de protector de pastores, rebaños y manadas.
Como patrón de los viajeros, Hermes viajaba también a menudo, pues era responsable del correo. En la antigua Grecia, elhermaiherm, pilar fálico de piedra rematado con la cabeza de Hermes servía como punto de entrega del correo en las carreteras y en las calles. Venían de las pilas de piedras que los viajeros depositaban una a una en puntos concretos del camino. Tiempo después en las ciudades, los hermaiherm fueron también ubicados frente a las puertas de las casas y de los gimnasios, ya que éste era un dios especial para los atletas.
Hermes tuvo todo tipo de romances. El más importante de sus descendientes fue el dios Pan, nacido de su relación con una ninfa. De su romance con Afrodita nació el bello Hermafrodito, que después adquirió también rasgos femeninos debido a una ninfa, y Príapo, poseedor de un gigantesco falo. Según otras versiones, Príapo sería hijo de Dioniso. El pastor Dafnis fue otro de sus hijos. Las mortales le adoraban, entre ellas Herse, hija del rey ateniense Cecrops. Su hermana Aglauro, terriblemente celosa, sólo permitió que el dios se acostase con su hermana a cambio de dinero. Como castigo, Hermes la convirtió en una estatua de basalto. Otro de los amores del dios fue la habilidosa Apenosien, que al principio era demasiado rápida para él pero que al final fue superada después de haber escapado una vez.
Como mensajero y hombre diestro, Hermes hizo trabajos para los dioses y otros importantes seres inmortales. Apoyó a su padre en sus aventuras fuera del matrimonio, ya fuese para eliminar al monstruo de 100 ojos Argo, guardián de lo (ver lo) o para llevar a los toros a la playa donde quería seducir a Europa. El rey troyano Príamo viajó con Hermes hasta la tienda de Aquiles, donde le rogó al héroe que le entregase el cuerpo de su hijo Héctor. Odiseo, no menos astuto que Hermes, recibió del dios unas hierbas que le hacían inmune a las tretas de Circe (ver Circe).
Hermes hizo también una gran labor como guía de las almas en su tránsito hacia el otro mundo. Todos llegaban de la mano de Hermes Psicopompos («guía de las almas») hasta la laguna Estigia, donde debían pagar un óbolo para subir en la barca que llevaba Caronte hasta el reino de Hades.
Mercurio, el dios romano que se igualaba con Hermes, fue originalmente el dios del comercio y por ello se le representaba con un monedero en sus manos.
FUENTE : http://mitosyleyendascr.com/mitologia-griega/hermes/

diosa artemista mito

Artemisa
artemista


Esta diosa equivale en Roma a Diana, la Cazadora. Según algunas tradiciones, es hija de Démeter (diosa de la fertilidad); sin embargo es más común que se considere hermana gemela de Apolo (dios del arte y de la adivinación), y por lo tanto hija de Leto y Zeus (dios de los dioses).
Ella es la primogénita, e inmediatamente ayudó a Apolo a venir al mundo. Luego, recién nacidos, Apolo y Ártemisa que tenían grandes habilidades de cazadores, mataron a un dragón que se disponía a atacarlos. Pero, una de sus más renombradas hazañas es la de asesinar, entre los dos, a los hijos de Níobe, quien había insultado a Leto. Apolo se enfrentó y acabó a los seis muchachos, mientras que Ártemisa se encargó de la seis doncellas. Famoso es también el hecho de que para salvar a su madre mataron al gigante Ticio que trataba de violarla.
Ártemisa se mantuvo eternamente virgen y joven, por lo que siempre fue un emblema de las doncellas jovenes. Nunca conoció la dependencia a hombre. Su único placer era la caza, y debido a esto andaba siempre armada con una arco, con el que cazaba y perseguía a sus víctimas que iban desde veloces ciervos hasta humanos caídos en desgracia. Uno de sus castigos clásicos, es enviar la muerte a las mujeres que van a dar a luz. Las muertes repentinas e indoloras son también de su cosecha. Es muy propicia a la cólera y es en extremo vengativa.
Dentro de sus luchas y triunfos más destacados se pueden contar el combate contra los Gigantes, donde se enfrentó a Gratión. De igual forma, venció en combate a los monstruos Alóadas; en Arcadia, a Búfago (el devorador de bueyes); a Orión, el cazador gigante, quien habría incurrido en la cólera de la diosa, por retarla a lanzar el disco, según algunas tradiciones. En otras versiones, Orión intenta robar a una de sus compañeras, e incluso hay quienes dicen que el cazador intentó violar a la propia Ártemis. Otra de sus víctimas importantes fue Calisto, a la que mató por orden de Hera (esposa de Zeus), quien quería castigarla por haberse dejado seducir por Zeus.
Interviene en la historia de la familia de los atridas (Agamenón y Menelao), pues Agamenón al matar un ciervo, comparó su habilidad con la de la propia diosa. Ésta en respuesta, inmoviliza su flota y exige el sacrificio de Ifigenia, a quien salva en el último momento trasladándola a Táuride.
Se ha identificado a la diosa con la luna errante por las montañas, paralelamente a su hermano que era la personificación del sol. Sin embargo, no todos los cultos o mitos referentes a Ártemisa son celenes (lunares), pues en el panteón helénico era clasificada como la diosa de las bestias, e incluso ha sido objeto de cultos que incluían el sacrificio humano, como el de Táuride.
Ártemisa era la protectora de las amazonas, quienes eran cazadoras y guerreras como ella y estaban libres del yugo masculino igual que ella. (ver Las Amazonas).
fuenta: a diosa equivale en Roma a Diana, la Cazadora. Según algunas tradiciones, es hija de Démeter (diosa de la fertilidad); sin embargo es más común que se considere hermana gemela de Apolo (dios del arte y de la adivinación), y por lo tanto hija de Leto y Zeus (dios de los dioses).
Ella es la primogénita, e inmediatamente ayudó a Apolo a venir al mundo. Luego, recién nacidos, Apolo y Ártemisa que tenían grandes habilidades de cazadores, mataron a un dragón que se disponía a atacarlos. Pero, una de sus más renombradas hazañas es la de asesinar, entre los dos, a los hijos de Níobe, quien había insultado a Leto. Apolo se enfrentó y acabó a los seis muchachos, mientras que Ártemisa se encargó de la seis doncellas. Famoso es también el hecho de que para salvar a su madre mataron al gigante Ticio que trataba de violarla.
Ártemisa se mantuvo eternamente virgen y joven, por lo que siempre fue un emblema de las doncellas jovenes. Nunca conoció la dependencia a hombre. Su único placer era la caza, y debido a esto andaba siempre armada con una arco, con el que cazaba y perseguía a sus víctimas que iban desde veloces ciervos hasta humanos caídos en desgracia. Uno de sus castigos clásicos, es enviar la muerte a las mujeres que van a dar a luz. Las muertes repentinas e indoloras son también de su cosecha. Es muy propicia a la cólera y es en extremo vengativa.
Dentro de sus luchas y triunfos más destacados se pueden contar el combate contra los Gigantes, donde se enfrentó a Gratión. De igual forma, venció en combate a los monstruos Alóadas; en Arcadia, a Búfago (el devorador de bueyes); a Orión, el cazador gigante, quien habría incurrido en la cólera de la diosa, por retarla a lanzar el disco, según algunas tradiciones. En otras versiones, Orión intenta robar a una de sus compañeras, e incluso hay quienes dicen que el cazador intentó violar a la propia Ártemis. Otra de sus víctimas importantes fue Calisto, a la que mató por orden de Hera (esposa de Zeus), quien quería castigarla por haberse dejado seducir por Zeus.
Interviene en la historia de la familia de los atridas (Agamenón y Menelao), pues Agamenón al matar un ciervo, comparó su habilidad con la de la propia diosa. Ésta en respuesta, inmoviliza su flota y exige el sacrificio de Ifigenia, a quien salva en el último momento trasladándola a Táuride.
Se ha identificado a la diosa con la luna errante por las montañas, paralelamente a su hermano que era la personificación del sol. Sin embargo, no todos los cultos o mitos referentes a Ártemisa son celenes (lunares), pues en el panteón helénico era clasificada como la diosa de las bestias, e incluso ha sido objeto de cultos que incluían el sacrificio humano, como el de Táuride.
Ártemisa era la protectora de las amazonas, quienes eran cazadoras y guerreras como ella y estaban libres del yugo masculino igual que ella. (ver Las Amazonas).
Su culto se expandió por todas las regiones montañosas de Grecia como Arcadia, el territorio espartano, el monte Taigeto, Élide y Laconia entre otras. Su mayor templo se encontraba en Éfeso, donde la cazadora había asimilado a la diosa de la fecundidad asiática.
fuente: a diosa equivale en Roma a Diana, la Cazadora. Según algunas tradiciones, es hija de Démeter (diosa de la fertilidad); sin embargo es más común que se considere hermana gemela de Apolo (dios del arte y de la adivinación), y por lo tanto hija de Leto y Zeus (dios de los dioses).
Ella es la primogénita, e inmediatamente ayudó a Apolo a venir al mundo. Luego, recién nacidos, Apolo y Ártemisa que tenían grandes habilidades de cazadores, mataron a un dragón que se disponía a atacarlos. Pero, una de sus más renombradas hazañas es la de asesinar, entre los dos, a los hijos de Níobe, quien había insultado a Leto. Apolo se enfrentó y acabó a los seis muchachos, mientras que Ártemisa se encargó de la seis doncellas. Famoso es también el hecho de que para salvar a su madre mataron al gigante Ticio que trataba de violarla.
Ártemisa se mantuvo eternamente virgen y joven, por lo que siempre fue un emblema de las doncellas jovenes. Nunca conoció la dependencia a hombre. Su único placer era la caza, y debido a esto andaba siempre armada con una arco, con el que cazaba y perseguía a sus víctimas que iban desde veloces ciervos hasta humanos caídos en desgracia. Uno de sus castigos clásicos, es enviar la muerte a las mujeres que van a dar a luz. Las muertes repentinas e indoloras son también de su cosecha. Es muy propicia a la cólera y es en extremo vengativa.
Dentro de sus luchas y triunfos más destacados se pueden contar el combate contra los Gigantes, donde se enfrentó a Gratión. De igual forma, venció en combate a los monstruos Alóadas; en Arcadia, a Búfago (el devorador de bueyes); a Orión, el cazador gigante, quien habría incurrido en la cólera de la diosa, por retarla a lanzar el disco, según algunas tradiciones. En otras versiones, Orión intenta robar a una de sus compañeras, e incluso hay quienes dicen que el cazador intentó violar a la propia Ártemis. Otra de sus víctimas importantes fue Calisto, a la que mató por orden de Hera (esposa de Zeus), quien quería castigarla por haberse dejado seducir por Zeus.
Interviene en la historia de la familia de los atridas (Agamenón y Menelao), pues Agamenón al matar un ciervo, comparó su habilidad con la de la propia diosa. Ésta en respuesta, inmoviliza su flota y exige el sacrificio de Ifigenia, a quien salva en el último momento trasladándola a Táuride.
Se ha identificado a la diosa con la luna errante por las montañas, paralelamente a su hermano que era la personificación del sol. Sin embargo, no todos los cultos o mitos referentes a Ártemisa son celenes (lunares), pues en el panteón helénico era clasificada como la diosa de las bestias, e incluso ha sido objeto de cultos que incluían el sacrificio humano, como el de Táuride.
Ártemisa era la protectora de las amazonas, quienes eran cazadoras y guerreras como ella y estaban libres del yugo masculino igual que ella. (ver Las Amazonas).
Su culto se expandió por todas las regiones montañosas de Grecia como Arcadia, el territorio espartano, el monte Taigeto, Élide y Laconia entre otras. Su mayor templo se encontraba en Éfeso, donde la cazadora había asimilado a la diosa de la fecundidad asiática.
fuwnte:a diosa equivale en Roma a Diana, la Cazadora. Según algunas tradiciones, es hija de Démeter (diosa de la fertilidad); sin embargo es más común que se considere hermana gemela de Apolo (dios del arte y de la adivinación), y por lo tanto hija de Leto y Zeus (dios de los dioses).
Ella es la primogénita, e inmediatamente ayudó a Apolo a venir al mundo. Luego, recién nacidos, Apolo y Ártemisa que tenían grandes habilidades de cazadores, mataron a un dragón que se disponía a atacarlos. Pero, una de sus más renombradas hazañas es la de asesinar, entre los dos, a los hijos de Níobe, quien había insultado a Leto. Apolo se enfrentó y acabó a los seis muchachos, mientras que Ártemisa se encargó de la seis doncellas. Famoso es también el hecho de que para salvar a su madre mataron al gigante Ticio que trataba de violarla.
Ártemisa se mantuvo eternamente virgen y joven, por lo que siempre fue un emblema de las doncellas jovenes. Nunca conoció la dependencia a hombre. Su único placer era la caza, y debido a esto andaba siempre armada con una arco, con el que cazaba y perseguía a sus víctimas que iban desde veloces ciervos hasta humanos caídos en desgracia. Uno de sus castigos clásicos, es enviar la muerte a las mujeres que van a dar a luz. Las muertes repentinas e indoloras son también de su cosecha. Es muy propicia a la cólera y es en extremo vengativa.
Dentro de sus luchas y triunfos más destacados se pueden contar el combate contra los Gigantes, donde se enfrentó a Gratión. De igual forma, venció en combate a los monstruos Alóadas; en Arcadia, a Búfago (el devorador de bueyes); a Orión, el cazador gigante, quien habría incurrido en la cólera de la diosa, por retarla a lanzar el disco, según algunas tradiciones. En otras versiones, Orión intenta robar a una de sus compañeras, e incluso hay quienes dicen que el cazador intentó violar a la propia Ártemis. Otra de sus víctimas importantes fue Calisto, a la que mató por orden de Hera (esposa de Zeus), quien quería castigarla por haberse dejado seducir por Zeus.
Interviene en la historia de la familia de los atridas (Agamenón y Menelao), pues Agamenón al matar un ciervo, comparó su habilidad con la de la propia diosa. Ésta en respuesta, inmoviliza su flota y exige el sacrificio de Ifigenia, a quien salva en el último momento trasladándola a Táuride.
Se ha identificado a la diosa con la luna errante por las montañas, paralelamente a su hermano que era la personificación del sol. Sin embargo, no todos los cultos o mitos referentes a Ártemisa son celenes (lunares), pues en el panteón helénico era clasificada como la diosa de las bestias, e incluso ha sido objeto de cultos que incluían el sacrificio humano, como el de Táuride.
Ártemisa era la protectora de las amazonas, quienes eran cazadoras y guerreras como ella y estaban libres del yugo masculino igual que ella. (ver Las Amazonas).
Su culto se expandió por todas las regiones montañosas de Grecia como Arcadia, el territorio espartano, el monte Taigeto, Élide y Laconia entre otras. Su mayor templo se encontraba en Éfeso, donde la cazadora había asimilado a la diosa de la fecundidad asiática.

APOLO MITO

Apolo

Apolo, también conocido como Phoebus Apollo (Febo Apolo), fue uno de los dioses griegos más importantes. Pertenecía al grupo de los 12 dioses que habitaban en el Olimpo junto a Zeus. Apolo, hijo de Este y de Leto, era entre otras cosas el dios del arte de la adivinación, de las artes -la música, sobre todo- y la arquería. También era el dios de la luz ligada al sol (Phoebus, Febo o foibos significa «brillante»). Con sus flechas era capaz de causar enfermedades infecciosas, aunque también era capaz de curar, por lo que se le conocía como «el que ataca de lejos». Esta naturaleza dual también se reflejaba en el hecho de que fuese la deidad de los pastores que guardaban el ga­nado y asimismo se le identificase con su gran enemigo el lobo.
Apolo venía de Licia, en lo que hoy día es el suroeste de Turquía. Alrededor del año 1000 a.C. Febo Apolo ya era adorado como uno de los dioses griegos más importantes.
Leto dio a luz a Apolo y a su hermana melliza Artemisa, diosa de la caza, en la isla de Delos, donde se había refugiado de la ira de Hera, la esposa de Zeus (ver Hera). Apolo se hizo adulto muy rápido y se trasladó a Delfos, en la península griega donde habitaba la serpiente gigante Pitón en una grieta de la superficie. Pitón era hermana de Gaya, la diosa de la tierra. Tiempo atrás se había enemistado con Leto y había intentado evitar el nacimiento de Apolo y Artemisa. Apolo acabó con el monstruo «con mil flechas», según cuenta el poeta Ovidio en su obra. Aunque tuvo que hacer penitencia por el pecado de haber acabado con la serpiente divina, se le permitió fijar su oráculo donde antes había estado Pitón. El oráculo de Delfos, relacionado con los santuarios de Apolo y situado según los griegos en el ombligo de lo que era la tumba de Pitón (el centro del mundo), mantiene una extraordinaria reputación desde la Antigüedad. No sólo existía en la mitología, sino que realmente también se podía visitar y de hecho mucha gente lo consultaba. La sacerdotisa Pitia (de Pitón) daba respuestas sentada en un taburete de tres patas sobre la grieta en la tierra en la que estuvo la serpiente gigante y a través de la cual obtenía las respuestas susurradas por Apolo. Este oráculo lingüístico era oscuro y se podía interpretar de muchas formas, lo que le dio con el tiempo su fama de ser infalible. De acuerdo con el pensamiento moderno, Pitia pudo sucumbir a los humos tóxicos que emanaban de las profundidades y que confundían sus ideas hasta hacer de su habla un ruido ininteligible. Sus términos eran un tesoro que se interpretaban como una predicción útil para la gente.
Los Juegos Pitios empezaron en Delfos después de la muerte de Pitón. Empezaban con la música para seguir con los acontecimientos deportivos. De acuerdo con la leyenda, los primeros sacerdotes de Delfos llegaron desde Creta cuando Apolo, transformado en delfín, les llevó en barco hasta el puerto de la localidad.
Después de matar a Pitón, Apolo acabó con muchos más seres valiéndose de sus flechas. Con su hermana Artemisa acabó con el gigante Titio, que había tratado de violar a su madre. Este acto no fue reprendido por Zeus. Titio fue condenado a sufrir eterna tortura en el Tártaro, la zona más lúgubre del mundo de los muertos.
Niobe también fue víctima de la venganza de Apolo y Artemisa. Era la esposa de Anfión, rey de Tebas, y tenía siete hijos y siete hijas. Ella presumía de ser más fértil que Leto e incluso, llevada por su orgullo, consideró innecesario hacer sacrificios por la diosa. Niobe sufrió un castigo ejemplar por su arrogancia. Apolo mató a sus siete hijos con sus flechas y Artemisa hizo lo mismo con sus hijas. Cuando su hija más joven, Cloris, se abrazó a su madre agonizando, Niobe pidió clemencia para que la dejasen viva, pero todo fue en vano, pues aún se disparó una flecha más para rematarla. Según algunas versiones, sin embargo, Cloris salvó su vida (ver Cloris). Niobe se convirtió en piedra debido al dolor (ver Níobe).
Apolo tuvo que hacer penitencia por sus actos de violencia y hubo de ponerse al servicio de un mortal. Durante su tarea como esclavo, entre otras cosas construyó los muros de Troya junto al dios del mar, Poseidón. Según otras versiones hizo este trabajo por dinero, pero el rey troyano Laomedón se negó a pagarle.
Durante la Guerra de Troya, Apolo fue el más fanático y temido de los seguidores troyanos entre las divinidades. Causó la epidemia de Plaga entre los griegos cuando éstos secuestraron a la hija de uno de sus sacerdotes. De acuerdo a ciertas versiones, Apolo fue responsable de la muerte de Aquiles, el héroe griego, que perdió la vida cuando una de las flechas de Paris le alcanzó el ta­lón. Podría haber sido el propio Apolo el que hubiese hecho acertar a un arquero medio como aquel en la parte más vulnerable de su cuerpo. Apolo les aseguró dones proféticos a Heleno y Casandra, los hijos del rey troyano Príamo. Pero como Casandra le rechazó como amante, Apolo no la dejó disfrutar de su don de predecir el futuro e hizo que nadie la creyese, aunque siempre acer­taba.
Casandra no fue la única mujer que le rechazó, pues lo mismo hizo la ninfa Dafne. Eros, ofendido ante el desprecio de Apolo, se vengó haciendo que se enamorase de Dafne que, desesperada, huyó con el volup­tuoso dios. Cuando estaba muy cerca de atraparla, ella rogó que la liberasen del cuerpo que había despertado su deseo y la convirtiera en arbusto de laurel (ver Daphne). Apolo tuvo más fortuna con los muchachos. Su relación con el atractivo Jacinto fue trágica, no obstante, ya que Apolo le mató accidentalmente al arrojar un disco (ver Jacinto).
A pesar de todo, Apolo llegó a tener descendencia y el hijo que concibió con la princesa Coronis, llamado Asclepio, se convirtió en el dios de la Medicina. Asclepio no llegó al mundo de una manera convencional, pues cuando la princesa engañó a Apolo, Artemisa decidió matarla. Fue el propio Apolo, o quizá Hermes, el que rescató el cuerpo de Asclepio del vientre de su madre que yacía muerta.
Un aspecto importante del dios Apolo es el poder que tenía su don para el arte y la música. Con su capacidad creativa lideraba a las nueve musas, deidades que tutelaban las artes y las ciencias. Apolo inventó la cí­tara, un instrumento de origen griego, reco­nocido como antecesor del laúd y de la guitarra. Pero su favorito era el arpa y es con el que aparece en casi todas sus representaciones, a pesar de no ser invención suya, sino un regalo de Hermes después de robarle unas cabezas de ganado (verHermes). Apolo también tocaba la flauta de manera magistral. El sátiro Marsias, que pensaba que sabía tocar mejor que el dios, se atrevió a retarlo y sufrió una humillante derrota ante él, que acabó además desollándole vivo. El rey frigio Midas también sufrió reacciones de Apolo cuando intentó criticar su capacidad musical y compararse con él. Después de oír al dios Pan tocar Su lengüeta y a Apolo con su arpa, y mostrarse en de­sacuerdo con la opinión mayoritaria que prefería la música de Apolo, el dios, irritado, lo castigó poniéndole orejas de burro.
Como Apolo daba a los oráculos sus predicciones, se convirtió en fuente de inspiración para poetas, cantantes y músicos que tocaban los instrumentos que él había crea­do. El dios griego se introdujo en la cultura romana como uno de los símbolos más im­portantes de la admiración e imitación que suscitaba todo lo griego. El primer emperador romano, Augusto, le dedicó un templo en el año 28 a.C. en la colina del Palatino, en el mismo corazón de Roma, para demostrar que también él, como máximo dirigente del Imperio Romano, estaba extendiendo su civilización por todo el mundo.
fuente http://mitosyleyendascr.com/mitologia-griega/apolo/

HADES MITO

Hades
FUENTE: http://mitosyleyendascr.com/mitologia-griega/hades/

Hades

Hades era el dios de la muerte, que regía el reino de los muertos. Este dios sombrío y oscuro era hijo de los titanes Cronos y Rea, y como sus hermanos Zeus y Poseidón, que tenían el poder sobre el cielo y los mares, él lo tenía en el mundo que no se veía y que recibió el nombre de Hades.
El mundo de los muertos de los griegos se representaba como un reino bajo la tierra, aunque según algunas fuentes se encontraba en la zona más alejada de Occidente, en el confín del mundo. Tras la muerte, las almas de los muertos llevaban una existencia apesadumbrada e incómoda como espíritus o sombras no corpóreas. Primero llegaban hasta el límite de este reino con Hermes, el mensajero de los dioses, en su tarea de Hermes Psychopompos -«guía de las almas»- (ver Hermes).
Tras ello, Charon (Caronte) se encargaba de llevarlos en su bote a través de las aguas de la laguna Estigia, que separaba el mundo de los muertos del de los vivos. El barquero sólo hacía su trabajo si recibía a cambio una moneda llamada óbolo. Cual­quier muerto que no hubiese sido enterrado con el óbolo en sus labios vagaría por la tierra sin descanso (ver Charon).
A su llegada, los muertos se sometían al juicio de tres personajes: Minos y Radamantis, antiguos reyes de Creta, y Eaco, antiguo rey de Egina. Después de esto la mayoría de los muertos quedaban despo­seídos de su cuerpo, su sangre y sus emociones, sin conciencia humana en este nuevo lugar para ellos. Una vez que habían bebido el agua del pozo de Letos, que significa «olvido», perdían la memoria de su existencia terrenal. Aunque la existencia en este mundo no fuese una tortura, se trataba de una estancia tediosa, como atestiguó Aquiles al asegurarle a Odiseo, tras su visita al Averno, que prefería ser sirviente en una casa pobre antes que ser rey de todas las almas del mundo de los muertos.
Había excepciones a la hora de vivir junto a Hades. Aquellos que se hubiesen distinguido por sus virtudes y su justicia podían vivir en una especie de paraíso que se llamaba Elíseo o Campos Elíseos. Se trataba de un privilegio para unos pocos. Según Homero, Menelao, esposo de Helena pudo permanecer allí tras su muerte.
El Tártaro era lo más parecido al Infierno y estaba en la zona más oscura y profunda del Hades. Allí quedaron confinados los titanes y aquellos que habían cometido crímenes horrendos, como el gigante Titio, que había matado a Leto (ver Leto), Tántalo, que debía sufrir la sed y el hambre eternos viendo cómo caían a su alrededor manjares exquisitos (de ahí «la tortura de Tántalo», ver Tántalo), Sísifo, que debía hacer rodar una roca hacia lo alto de una colina para empezar inmediatamente des­pués de que se cayese («el trabajo de Sísifo», ver Sísifo), Ixion, que se encontraba atado a una rueda giratoria (ver Ixióny las Danaides, Las, las 50 hijas del rey Danao, condenadas a llenar cubos de agua sin fondo por haber matado a sus maridos en la noche de bodas).
No había escape posible del Averno, y cualquiera que intentase huir se convertía en presa del terrible perro de tres cabezas Cerbero (ver Cerbero). Sólo unos pocos mortales pudieron visitar el Averno, siempre para hacer algún trabajo o por motivos especiales. Heracles tuvo que cargar con Cerbero como parte de sus Doce Trabajos e incluso se dice que rescató a Alcestis (verHeracles y Alcestis). Orfeo fue a buscar a su amor, Eurídice (ver Orpheus), y Odiseo a consultar su futuro al vidente Tiresias (ver Odiseo y Tiresias). Eneas acudió a hablar con el alma de su padre (ver Aeneas) y Psique a coger el ungüento que había preparado Perséfone, esposa de Hades. Teseo y Prithous (Pritio) intentaron rescatar a esta última del Averno, pero quedaron atrapados en las cadenas del olvido de Hades.
Pese a que el dios del Averno no tenía fama de ser especialmente cruel o malvado, la superstición hacía que nadie se atreviese a decir su nombre, que significaba «el invisible», pues los cíclopes le habían hecho un casco que le permitía ocultarse. Los griegos preferían llamarle Pluto, que significa «el rico», epíteto que hace referencia a los múltiples recursos minerales que esconde la tierra. Los romanos le llamaron Dis para mantener ese significado. Había muchas otras descripciones eufemísticas para el dios de la muerte como «el buen consejero» y «el hospitalario».
Hades estaba casado con la joven Perséfone, hija de su hermano Zeus y de su hermana Deméter, diosa de la agricultura. Zeus se la había prometido como esposa sin el conocimiento de la madre. Cuando la muchacha fue raptada mientras recogía flores en Sicilia, su grito se oyó en todos los lugares, pero su madre no pudo hacer nada para que no se la llevase al reino de la oscuridad.
Deméter hizo cuanto pudo para recuperar a su hija, pero Hades no estaba dispuesto a ceder, sin importarle su desconsuelo. Una antigua norma indicaba que cualquiera que comiese en el Averno nun­ca podría salir de él. Hades convenció a Perséfone para que ingiriese unas semillas de granada y así quedar atrapada. Finalmente, Zeus decidió que la joven debería pasar parte del año con su madre y parte del año con su esposo. Con este mito explicaron los griegos la sucesión de las estaciones. Mientras estaba con su madre la tierra producía cosechas dado el buen hu­mor que le producía, pero cuando estaba con Hades, el llanto de Deméter sumía a la tierra en la desolación. Hades y Perséfone nunca tuvieron descendencia, (ver Deméter y Perséfone).

POSEIDON MITO

El Mito de Poseidón - Mitología Griega

Poseidón es el dios griego del mar y de los terremotos. Tenía la reputación de ser un dios con mal genio. El símbolo de su poder era la lanza con tres pinchos conocida famosamente como el tridente.
Las tormentas y terremotos eran la reflexión de su furia rabiosa. Cuando se enojaba, causaba desastres naturales. Viajaba por el mar en un carruaje halado de caballos junto a tritones y otros seres acuáticos.
Era hijo de Crono y Rea, y hermano deZeus y Hades. Se casó con Anfitrite que era una de sus asistentes, las nereidas.
Quizo poseer la ciudad de Atenas, por lo que le hizo brotar un pozo de agua salada en su acrópolis, pero los atenienses prefirieron aAtenea, quien les regaló algo más útil, el olivo. Descargó su furia contra algunos que lo ofendieron, como Ulises y Ayax. Poseidóntambién es conocido por los romanos con el nombre de Neptuno.


ZEUS MITO

El Mito del Dios griego Zeus

 Publicado por Malena
Este rey de los dioses, llamado Zeus, se casó con Hera, estableció su morada en el monte Olimpo y gobernó Grecia y la parte de Oriente de donde descendían sus ancestros, siendo célebre por su valor
El mito del Dios Zeus
Fue el dios del trueno, el relámpago y el rayo y ocupó el primer lugar entre las divinidades greco-latinas, siendo su culto el más extendido.
En su altar se ofrecían sacrificios de animales, como la cabra, el cordero y el toro blanco, pero nunca se sacrificaron humanos.
La harina, la sal y el incienso eran también ofrecidos en los rituales y el olivo y la encina eran los árboles consagrados a él.
Era un dios generoso, franco, entusiasta y con gran sentido del humor y la justicia.
Zeus es el dios Júpiter de los romanos, es el que sostiene el universo por medio de una serie de luchas y con sus dones de clarividencia, poderío y conocimiento todas las cosas.
Este dios era representado con un aspecto majestuoso, con barba, sentado en su trono y sosteniendo en la mano derecha el rayo y armado de dos flechas, y esta representación así como otras que le adjudicaban, simbolizaban sus poderes.
La diosa Hera era la esposa de Zeus y también su hermana; por lo tanto era además hija de Rea y Cronos y hermana de Poseidón, Hades, Deméter y Hestia.
El mito relata que Zeus se enamoró de Hera y la engañó disfrazándose de un ave, el cuclillo.
Para su casamiento fueron invitados todos los dioses, todos los hombres y todos los animales. Asistieron todos, con excepción de la ninfa Quelona que por esa razón fue convertida en tortuga.
Pero Hera no vivió mucho tiempo con Zeus, debido a su maltrato y sus constantes disputas y hasta guerras. Un día llegó a colgarla con una cadena de oro entre el Cielo y la Tierra con un yunque en cada pie y cuando uno de sus hijos quiso liberarla Zeus le dio un puntapié que lo hizo caer del Cielo a la Tierra.
Además Zeus le era infiel a Hera, provocándole muy crueles celos y rencores.
Hera no era tampoco una mujer muy virtuosa, tenía mal humor constante y también tuvo relaciones amorosas con muchos hombres, además de conspirar para destronar a su marido.
La leyenda cuenta que Hera se bañaba todos los años en una fuente que la tornaba virgen.
Hera concibió muchos hijos de manera alegórica, comiendo lechuga o tocando una flor o extrayendo de la tierra los vapores que acogía en su seno.
Se preocupaba mucho por su belleza y pretendía ser la más bella del Olimpo. Se dedicaba a presidir los casamientos y los nacimientos y en Roma también controlaba la moneda.
Realizó muchos prodigios y tomó muchas venganzas e inspiró gran temor y respeto. Su culto se extendió hasta Asia, llegó a África a través de Egipto y en todas partes se podían encontrar templos dedicados a esta diosa.


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